martes, 10 de junio de 2008

Y


"Tengo un solo lamento no haber inventado el jean"

Nació en agosto de 1936 en Oran después de pasar su juventud en Argelia, Yves Saint Laurent fue París, a tomar los cursos de dibujos Chambre syndicale de la alta costura.
En 1955, Christian Dior lo emplea como ayudante modéliste.
Él consiguió dos años más tarde su primer gran éxito con su famoso vestido trapecio que rompe con el esteorotipo de cinturas avispa de la época. A pesar de ello, será sustituido como jefe de la casa Dior en 1961 lo que le impulsó a construir su propia línea de Alta Costura.
Su primera colección en 1962, es un verdadero éxito, que no desmintieron las décadas siguientes la alta costura, el pret-a-porter y los perfumes Yves Saint Laurent, el poder para ellas "un vestuario contemporáneo", con prendas masculinas como el traje sastre con pantalón y su célebre esmoquin, creado en 1966.
En 1966, abrió su tienda de Saint Laurent Rive Gauche, especializada en prêt-à-porter mujer, y tres años más tarde abrió las colecciones para hombres. Yves Saint Laurent también llevará a cabo muchos trajes y conjuntos para el teatro y el cine ('Arabesque', 'Beautiful Day »). A partir de 1983, varios museos le dedican retrospectivas.
El emporio Yves Saint Laurent fue comprado en 1993 por el grupo industrial Elf-Sanofi, lo que sería el principio de su fin.
Fue nombrado en 2001 comandante de la Legión de Honor En 2002 se alejó de la alta costura, tras 40 años de audaces creaciones porque, según dijo, "ya no se reconocía en esta profesión" y estaba agotado de las acrobacias financieras Cinco años después de dejar vacante uno de los últimos tronos de la alta costura, Yves Saint Laurent ofrece hermosas extensiones a su trabajo con exposiciones temáticas que se dedican a la Fondation Pierre Bergé Yves Saint Laurent. La más reciente, 'Viajes extraordinarios', en exhibición hasta el 15 de abril de 2007.
Mis mayores respetos a este icono atrevido e indiscutible de la alta costura desaparecido.
Como en aquellas épocas de su comienzo hoy sus trajes siguen teniendo el registro mágico de su exquisito gusto.

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